“La experiencia misma es un cut-up, y esto se ve claramente en la experiencia de escribir. No se puede escribir sin ser interrumpido por todo lo que viene a la cabeza y por todo lo que se ve.” Burroughs
…pero
aunque la palabra se arrojara al rio de Dublín de la mano de un judío
refutante, nadie recordaría porque están todos enfermos… Perec viene a la
cabeza. Hay un hombre viejo muriendo en una cama. Quizás no este muriendo, solo
duerme. El que escribe busca unas notas en su ordenador. Se autoescribe en un
chat de whatsapp, para no olvidar ideas que le ocurren en el imprevisto.
Deleuze y Guattari también se asoman por la cabeza… demasiada información. Todo
se resume a datos y mas datos. El pensamiento esta plagado de datos. Es un
virus que respira. El que respira es el viejo en la cama. Quien escribe intenta
recordar, la intención del viejo en la otra habitación de su cabeza, pasan
Kafka y su Odradek, piensa que su vida es un caos. Entender no sirve para nada.
La narrativa y la Historia no han hecho más que cagarse en todo. Una exposición
de por medio. Rostros, mejor es: perfiles de la locura. La locura retratada.
Hacer hablar la locura a través de un rostro, de varios rostros, claroscuro.
Caravaggio viene a la cabeza sosteniendo su cabeza degollada. Los ojos
desorbitados miran al viejo que duerme. Leopoldo María Panero, en el tintero de
una tesis improbable. El sueño de una maestría. La condena de un hombre que
espera ante la ley. La burocracia es la mas eficiente fabrica de la locura
capitalista. Un hombre lleno de títulos, quizás el viejo fue ese hombre y por
eso solo respira en una cama. Como hacer mover al viejo que duerme desde un
ordenador, mientras se intenta diluir el pensamiento organizado. Una patraña. El
pensamiento es el caos. La verborrea el flujo fragmentario. No hay discurso. Ni
consigna. Puede aparecer un video de una cabeza rodando por una colina. Puede
ser la cabeza de Caravaggio. Van a rodar cabezas. ¿El viejo está soñando? Todos
sueñan. El viejo soñará con las cabezas rodando por una interminable pendiente,
cabezas de burócratas y académicos. Cabezas de Estado. Una luz se prende en
otro cuarto. Los locos no quieren mirarnos. Si nos miran, es de reojo y con
sospecha. Algo se disuelve. Perec camina entre los muertos. Müller, ha
fallecido hace un par de años y siguen apareciendo ensayos inéditos de su obra.
Pero todos esos ensayos no están mas que en la cabeza del que escribe o tal vez
en la cabeza del viejo que duerme. Pessoa, pensar en Pessoa, en el mejor poema
que pensó pero que nunca escribió. Burroughs creía que la escritura inventó el
lenguaje (h)oral. Lacan lo corrobora. Todo es texto y Derrida es solo un texto.
Texto de letras muertas: muerte. Todo se carcome. La cabeza del loco tiene vacíos,
pero todas las certezas. Quien escribe suspira y se inquieta. Pensar. Pensar. Ser
pensado. Todas sus relaciones no alcanzan a ser afectivas. Un abismo entre el
hecho y la contumacia del escritor. El miedo a que la fantasía se reviente en
la realidad. ¿Quién sostiene una fantasía consumada? La locura es llevar a un
hombre a la realización de lo que fantasea y transformarlo en Hecho. El pensamiento
anula al hecho. Los ronquidos del viejo solo se escuchan en la cabeza. El
recuerdo es un pretexto del esperpento. La obra caduca en los puntos finales. La
puntuación es el contorno del cadáver de la palabra. ¿Quién enuncia el fin de
la obra? Baudrillard presiente el bostezo maquinal de aquel que espera tras un
punto marginal de la frase. Un El hecho no puede ser texto. Cae la nieve en el
cuerpo pétreo de Walser, Satán es un lobo lo dice el poema y el sueño del
viejo. El texto es la interpretación del hecho. Así que no es lo que es el
hecho. Dios sabe como hace sus cosas. Las cosas de Dios son misteriosas. ¿la Palabra
es Cosa? El diablo obra de maneras misteriosas. El diablo empuja al hecho, el
hecho de contumacia que le susurra al viejo entre sueños. Un anarquista corre. Dios
no se expresa por la palabra del profeta, el apóstol es un truhan que usurpa la
palabra de Dios. El escritor es un apóstol, el viejo duerme. Es una tarde
calurosa. Toma la siesta. Tiene una vida llena de recuerdos que poco a poco se
pierden en la disolución de la memoria. La palabra cosificada en la
rostrificación de la locura. Una bandera catalana. Himnos falangistas, un antepasado
burgués y anarquista. 50 condenas de muerte. El rostro de Hölderlin, en la
senectud desencajo su mandíbula. Los locos con la certeza de la palabra perfilada
descomponen su rostro en infinidad de piezas (nadie puede componer un rostro
con palabras. El rostro del loco es una jarra de la dinastía Ming. La locura se
manifiesta en el gesto. Un labio, una nariz torcida. La mueca es el gesto de
aporía del loco. Es su caballo de batalla. El gesto del viejo es tranquilo. La
frente está en… “un artefacto diseñado para limitar y embrutecer a gran escala”[1] ¡qué esplendido es caminar
fuera del círculo! El azar le dio a Nick Cave lo cinematográfico de sus poemas
sonoros… (There are some people trying to find why) “Figuraría de pie
junto a su cuadro casi terminado y estaría precisamente pintándose a si mismo,
esbozando con la punta de su pincel la silueta de un pintor de larga…”[2] el anarquismo lingüístico
es el imperativo de la locura para alcanzar su voz en el gesto de un rostro
paranoico que no puede verse a si mismo. Los poemas de la primavera. Volver a
la naturaleza de las cosas rotas, de los amores descompuestos. una falta de
sincronía en una pareja que nunca pudo llegar a conocer su experiencia amorosa.
El nido de la fantasía y el miedo. Adorno es soñado de en sueño fluido y
perdido del viejo. Adorno es monta un monociclo y hace malabares con una foto
de Spinoza, un muñeco vudú de Margaret Tacher y un espejo triangula que solo
refleja el perfil asesino de Althusser. El lado marxista no puede ser soñado.
El viejo solo recuerda el padre perdido en una fabricar armamentista nazi. La
joyería es un oficio que como todo oficio puede terminar finalmente siendo un
arte para la destrucción. Todo lo que toca el pensamiento esta viciado de fin.
El triunfo solo puede ocurrir. El atleta termina la carrera, recibe su medalla
vuelve a casa y deja de ser atleta por otros cuatro años. El tiempo que
trascurre, es un atleta inacabado, sin triunfos sin finales, con expectativas y
temores. Pocos fuera de la cabeza del que escribe suponen que Emile Armand y la
Blavatsky tuvieron encuentros amatorios clandestinos y quizás se apócrifo. Pero
el viejo que sigue acostado con ese calor que envenena la tarde recuerda que
leyó la anécdota o la vio en una obra Marceau. Todos en la senectud se vuelven
fascistas. La proximidad de la muerte hace a los hombres a adorar tiranos de la
peor calaña. La obra de, De Chirico sigue perturbando al artista que se prepara
para la exposición. Exponer, exponerse. Unas palabras introductorias. Varios
rostros quedaran en la sombra del carboncillo para las cabezas de los
asistentes. El futuro es incierto y la locura capitalista ya tiene servidas las
copas de vino para embriagar a las preguntas de las cabezas. Esto no es un
escrito para ser pensado ni desechado. Es la voz de un loco que se refugia en
el pensamiento, en un puzle para armar con los pies. La forma terminada es un
misterio. Es la muerte. La forma no termina. Es un agujero negro. Terminarán los
artífices enterrados en las palabras de historiadores formales que escriben
biografías sepultureras. nadie tiene mejor consuelo en la muerte que los
donnadies. Nadie tiene mejor forma que lo que no importa, lo que no suma en la
rueda económica. La obra que no lucra al artista es la obra que tiene mejores
posibilidades en la cabeza del viejo que empieza a moverse. El calor hace sus
primeros estragos. Si miramos con detenimiento el viejo esta sudando. Sus
parpados húmedos. El caos ama lo precario. Lo precario es la vida de lo
fragmentario. No se puede acariciar el rostro de la mujer amada que nunca se
tuvo. La locura es anclarse en ese perfil perdido de una mujer que ahora es y
siempre fue de otro. El que escribe se recrimina ¿Qué tiene que ver el amor
infortunado en todo esto? ¿hay acaso un todo? Solo pedazos de un manual para
desvirtuar la palabra de Dios por medio de un enema semántico. El odio forma el
carácter del odio. Una costra purulenta. El sentido humano descompone la esencia
de la Cosa en sí. ¿Dónde figura lo que no esta en los contornos.? ¿en la aritmética
del silicio? Un texto sin contornos que procure que el entorno se adhiera lo
incompleto. A lo eterno de lo informal de la forma. Parpadeo del viejo. Esta
sordo. Una voz parece llamarlo: “Todos los hombres pueden prometer, porque en
la promesa hay algo de inmortal”[3] el insomnio del que
escribe. No es una tarde calurosa para él. 2 am. Pensar es la plusvalía de la aniquilación
gramatical. El campo inoperante de los que no tienen forma de contornear su
presente. Un amino de incertidumbres la solución a lo siniestro del mensaje.
Los locos siguen sin mirarnos. miran por la ventana y ven un campo de
revoluciones religiosa en nombre del caballo y la piedra. Dios puede esconderse
bajo la sombra de un caracol. La trepanación docente es un hecho. El Psicólogo cognitivo
babea y balbucea, su arenga correctiva para quedar en tabula rasa con los acéfalos
indiferenciados de la Academia. La niebla del pensamiento se desplaza
lentamente por la ausencia de sensibilidad de quien escribe nuevamente. Guy Debord
responde a un tweet de Benjamin y es censurado a los pocos minutos. Los ojos se
entreabren y se filtra un rayo de luz, la voz era un sueño, como formar una
ilación cuando lo que se busca es el enredo. Esperar que las cosas ocurran es
atisbar lo predecible de lo inútil. Las cosas se deforman con el pensamiento
escrito. La línea recta simula la muerte y una nota sostenida en la perpetuidad
de la Nada. Chris Marker esconde en sus cenizas un maravilloso documental sobre
los pájaros azules y los nidos de los artistas que no quieren quebrar el miedo
del confort de los finados estadistas del porvenir esperanzando en un adlátere
de Silicon Valley como Pinker. Desentrañar el verbo de un baile sepulcral y
caníbal y aun así es verdaderamente extraño que usted…